Las jóvenes universitarias representaron a la UASLP en el encuentro cultural realizado en las instalaciones de la Universidad de Zacatecas
En días pasados, alumnas que integran la compañía de danza de la Escuela Preparatoria de Matehuala de la UASLP, fueron parte del programa del Encuentro Cultural ANUIES que tuvo como sede las instalaciones de la Universidad Autónoma de Zacatecas, representando a la propia universidad potosina en el área de producción y difusión cultural.
Del 22 al 24 de octubre, las jóvenes matehualenses se presentaron en uno de lo principales foros culturales propiedad de la UAZ, el Teatro Fernando Calderón y el espacio escénico Ramón López Velarde, compartiendo escenario con decenas de jóvenes artistas de 9 universidades públicas, y contando con la presencia de funcionarios universitarios y del gobierno federal de dicho estado.
En su uso del micrófono, y durante la apertura de las actividades culturales, el gobernador zacatecano Rubén de Jesús Ibarra Reyes declaró: “La humanidad tiene dos herramientas para la transformación: La educación y la cultura. La cultura representa la oportunidad que tenemos de la búsqueda de la sensibilidad de los problemas que vivimos”.
“Si pensamos que esto es sólo estético, perdemos lo esencial que es la búsqueda de una existencia más justa para todos. Es importante que nosotros seamos sede de este evento de carácter nacional. Además, de llevarse la amistad y los recuerdos de este encuentro, llévense un pedacito de la UAZ, porque lo que vamos a vivir es la oportunidad de mostrar nuestro quehacer cotidiano en Zacatecas”, concluyó el mandatario.
Con su presencia en este importante acto, la EPM suma su segundo encuentro nacional cultural, teniendo en la danza contemporánea su exponente más consolidado, de la mano de su maestro y director Ricardo Loera Medina, la compañía ha conseguido innumerables reconocimientos a nivel estatal y nacional.
La propuesta coreográfica para esta ocasión se tituló “Al límite”, y en palabras de su director es una aproximación al ritmo frenético que los seres humanos le hemos impreso a nuestra vida, en contraste a la contemplación que requiere el arte para significar nuestra humanidad y la necesidad de anteponer la belleza a la voracidad cotidiana.